La mala gestión de los residuos y sus consecuencias, es algo que no puede ignorarse. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) el año pasado, la degradación ambiental y la polución causaron tantas muertes prematuras al año como los conflictos. De hecho, las cifras muestran que este fenómeno es responsable de una cuarta parte de los decesos de la población infantil menor de 5 años.
Se estima que cada año la cantidad de muertes atribuidas a condiciones de degradación ambiental, la mayor parte de ellas en el sudeste asiático y el pacífico occidental, se incrementan en varios puntos porcentuales. Los últimos datos hablan del 24% en el África subsahariana, el 23% en la región del Mediterráneo oriental, entre un 13 y un 16% en los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y no miembros de la región de las Américas y un 16% en Europa
MALA GESTIÓN DE LOS RESIDUOS: PLÁSTICOS, BASURA Y DESIDIA
La mala gestión de los residuos constituye uno de los factores que lideran la lista de causas de la degradación ambiental. En la misma también se incluyen: la alteración de los ecosistemas, el cambio climático, la desigualdad, la urbanización no planificada y los estilos de vida poco saludables, además de los patrones de consumo y producción insostenibles.
Año a año se habla del problema de los desechos plástico que acaban en los océanos. Pero esto no es óbice para que continúe el vertido de millones de toneladas de desechos marinos, de plásticos y microplásticos. Y ello es consecuencia directa de la inadecuada gestión de los residuos.
En este sentido, cabe señalar que, entre los principales efectos nocivos de dicho vertido en el medio ambiente acuático, destacan: la contaminación del suelo y de los acuíferos y aguas superficiales. Así como también la formación de islas de plásticos en los océanos y la proliferación de emisiones de GEI, que agravan el calentamiento global.
MALA GESTIÓN DE LOS RESIDUOS: UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
No solo son culpables de este problema los ciudadanos irresponsables que desechan sus plásticos en donde les place. Por no molestarse en separarlos en sus hogares o acercarse a una papelera de las que hay miles por el mundo. O guardarse su basura y tirarla en su casa.
También es su responsabilidad elegir envases que hayan sido producidos basándose en la sostenibilidad. Y evitar el empleo de bolsas de un solo uso (si se compra solo un melón, no es necesario embolsarlo). De lo contrario, están siendo cómplices de la mala gestión de los residuos.
A ello se le suma una gran ineficiencia y una muy mala gestión de los residuos a nivel industrial, empresarial y público. Desde la producción excesiva de desechos por falta de planificación o diseño adecuado y sostenible. Hasta la utilización masiva de envases, muchas veces completamente innecesarios. Y por supuesto, aun los hay que no realizan ni separación, ni reciclaje, ni aplicación mínima de medidas de economía circular.
Fuente: ECOTICIAS.COM